La Alta Comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, Louise
Arbour, solicitó ayer que se haga una investigación independiente
sobre las causas y circunstancias de los hechos de violencia
registrados en la ciudad uzbeca de Andiyán.
Una grave crisis estalló hace cinco días en esa localidad cuando
el ejercitó disparó contra civiles que participaban en una
manifestación pacífica y que pudo causar entre 500 y 700 muertos,
según informaciones no oficiales.
Tras manifestar su profunda inquietud por la situación en
Uzbekistán, Arbour denunció las informaciones inquietantes
provenientes de la región y que aluden al «uso de la fuerza de
manera excesiva e indiscriminada por parte de las fuerzas de
seguridad».
Asimismo, criticó la imposición de severas restricciones al
trabajo de los periodistas tanto locales como extranjeros que ha
impuesto el Gobierno de Islam Karimov. En ese sentido, la Alta
Comisionada invocó a las autoridades uzbecas a ajustarse a las
normas del derecho internacional y a respetar las libertades de
reunión y expresión.
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