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AGENCIAS-PARÍS
La ventaja de diez puntos de la que gozaba el 'no' a tres días de la cita, parece haberse evaporado con el 'sprint' final de los partidarios del tratado. Un sondeo publicado por el diario 'La Tribune de Genève' (Suiza), ya que los diarios franceses no pueden divulgar encuestas en la jornada de reflexión, otorgó ayer todavía una mínima ventaja, del 51% contra el 49%, al bando contrario a la Constitución. El mensaje del presidente Chirac el pasado jueves, cuando recordó a los franceses la «responsabilidad histórica» que tendrán este domingo, invirtió la tendencia y permitió recuperar la amplia distancia de que gozaban los detractores del tratado.

Un 'sí', aunque sea por los pelos, despejaría, por el contrario, los nubarrones que se ciernen sobre esta UE ampliada desde hace poco más de un año, que se dispone a abrir en octubre las negociaciones de adhesión con Turquía y a acoger en 2007 a Rumanía y Bulgaria. Pues, añaden los analistas, un eventual 'no' de Holanda el próximo 1 de junio o del Reino Unido en otoño de 2006, no tendrá el mismo peso y transcendencia para el futuro de la Unión.

Mientras, Europa cruza los dedos de cara al referéndum francés de hoy que, si se confirman los persistentes pronósticos del «no», podría suponer un duro golpe para la UE y como un tsunami para Francia. Un 'no' de Francia, uno de los países fundadores de la UE y en el origen de la Constitución, abrirá una grave crisis política en la Unión, que perdería influencia en la escena internacional, según diferentes analistas.

Si los franceses votan 'no', la UE no dejará de funcionar de un día para otro, pues seguirá vigente hasta 2009 el Tratado de Niza, pero el proceso de construcción europea se detendrá o ralentizará y se averiará el tradicional motor franco-alemán. Esto podría abrir paso a un nuevo eje Londres-Berlín, atlantista y liberal, si los conservadores alemanes se hacen con el poder en septiembre próximo.