Barroso, por su parte, pidió a todos los gobiernos que todavía no
han completado los procesos nacionales de ratificación que se
abstengan de «toda iniciativa unilateral» antes de la cumbre de los
días 16 y 17 de junio, en la que se analizará la «difícil
situación» por la que atraviesa la UE. La presidencia de turno
luxemburguesa confirmó ayer que el Consejo Europeo que se celebrará
dentro de quince días en Bruselas será la ocasión para que los
jefes de estado o gobierno realicen «un análisis colectivo y en
profundidad de la situación».
«Los ciudadanos nos han dado una señal inequívoca y la
respetaremos», aseguró. El referéndum holandés tenía carácter
consultivo, pero todas las fuerzas políticas se habían comprometido
a respetar su resultado si el nivel de participación resultaba
elevado, como así ha sido. Destacó también que el resultado del
referéndum holandés fue «un veredicto sobre el Tratado
constitucional, no un veredicto contra la cooperación europea».
En Bruselas, el presidente en ejercicio de la Unión Europea, el
primer ministro luxemburgués Jean-Claude Juncker, instó a todos los
países a que prosigan el proceso de ratificación de la Constitución
europea. A su llamamiento se unieron, en una rueda de prensa
conjunta, los presidentes de la Comisión Europea, José Manuel Durao
Barroso, y del Parlamento Europeo, Josep Borrell, quienes
suscribieron una declaración común.
«Hemos escuchado los mensajes enviados por los ciudadanos
franceses y holandeses sobre el proyecto europeo y estamos muy
atentos», manifestaron Juncker, Barroso y Borrell. «Las
instituciones europeas estarán a la escucha de lo que interesa a
los ciudadanos europeos y se empeñarán en aportar respuestas».
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