El presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, superó ayer con facilidad la moción de censura que presentaron contra él 74 diputados euroescépticos de la Eurocámara.

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DAMIÀ CASTAÑO-ESTRASBURGO
Los grandes partidos europeos han perdido la unanimidad que mantenían hasta ahora sobre la necesidad de proseguir el camino de ratificaciones de la Constitución de la Unión Europea (UE), y los 'populares' han abierto la vía de detener el proceso para evitar el efecto dominó. Mientras socialistas y 'verdes' continúan en su lucha porque la opinión de los ciudadanos o de los parlamentos sea consultada, a pesar del revés sufrido en Francia y Holanda, el Grupo Popular Europeo, el mayoritario de la Cámara, considera que «la solución más adecuada es instaurar un compás de espera y congelar» el proceso.

El español Íñigo Méndez de Vigo comentó que detener el proceso «es una decisión dolorosa», porque Europa necesita una Constitución cuanto antes, pero «lo peor es no ver la realidad y taparnos los ojos», por lo que «hay que darse al menos un año» para reflexionar. «¿Pausa o no pausa?», es la cuestión que se planteó tras oír esta propuesta el ministro luxemburgués Nicolás Schmit, y que trasladará al presidente de turno de la UE, Jean-Claude Juncker. «Quizás abre un camino de solución», consideró.

Esta fue la opinión expresada ayer en el pleno de la Eurocámara por el presidente de los populares europeos, Hans-Gert Poettering, en un debate extraordinario convocado para fijar una posición de cara a la próxima cumbre de Bruselas. A su juicio «hay una gran decepción» de los ciudadanos, por muchos asuntos, entre ellos por «ampliar demasiado Europa», y dijo que los países aspirantes a ingresar en la UE (Bulgaria, Rumanía o Turquía) deben cumplir estrictamente los requisitos para ello.

Para el presidente del grupo Liberal, Graham Watson, «el tratado constitucional, como está ahora, no puede continuar». Tanto la extrema derecha como Izquierda Unitaria comparten el pesimismo respecto al futuro del tratado. «Nunca hubo un abismo tan grande entre la UE y el pueblo, que no quiere un Estado supranacional ni la ampliación, especialmente de Turquía», dijo el ultraderechista francés Jean Marie Le Pen.