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EFE-LUXEMBURGO
Los ministros de Exteriores de la UE iniciaron en Luxemburgo una reunión especial para allanar el camino a los líderes, que quieren un acuerdo sobre los presupuestos en la cumbre del jueves en Bruselas, pero la dura actitud de Reino Unido ha hecho que se instale el pesimismo.

El ministro de Asuntos Exteriores del Reino Unido, Jack Straw, se mostró drástico a su llegada a la reunión al reiterar que no dudarán en utilizar su derecho de veto «si es necesario» e insistió en que el debate sobre el cheque británico es «el síntoma de un presupuesto que no va bien y no el problema en sí mismo».

La cuestión del cheque británico centra la reunión de los ministros, una devolución de la que Londres se beneficia anualmente desde 1984, por un montante cercano a los 5.000 millones de euros, y que le compensa por el escaso beneficio que el país recibía de las políticas comunitarias, en especial la agrícola.

Mientras el resto de los Estados miembros quieren que ese cheque o bien desaparezca o se reduzca gradualmente hasta su desaparición, el primer ministro británico, Tony Blair, dice que sólo negociará esta cuestión si se reabre el acuerdo de 2002 por el que se fijaron hasta 2013 las ayudas agrícolas directas. Pero países como Francia y España se oponen a reabrir este capítulo de la financiación, que se lleva el 40 por ciento de los fondos de la UE, frente al 70 que representaba cuando Tacher consiguió la compensación para Reino Unido.

Por su parte, el titular español de Exteriores, Miguel Angel Moratinos, expresó la buena disposición de España para llegar a un acuerdo, aunque advirtió que «defenderemos nuestras líneas rojas y si no tenemos lo que consideramos que defiende los intereses nacionales, no aceptaremos la propuesta».

En estas negociaciones, España quiere encontrar una solución satisfactoria al problema de la pérdida brusca de fondos a partir de 2007 debido a la ampliación de la UE, el año pasado, a diez nuevos países más pobres. La presidencia luxemburguesa ha ofrecido que España pueda guardar el Fondo Cohesión, que en 2000-2006 supondrá 11.600 millones de euros, en 2007 y 2008, pero Madrid considera ese plazo insuficiente y quiere alargarlo dos años más. Sin embargo, ni la Comisión Europea ni el Parlamento Europeo han considerado esta posibilidad en sus respectivas propuestas de negociación y además buena parte de los países ricos la ven con escepticismo porque consideran que las ayudas deben centrarse en los nuevos países miembros de la UE.