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EFE-LUXEMBURGO
Los ministros de Exteriores de la UE concluyeron su debate de preparación de la cumbre europea de los próximos jueves y viernes sin avances en la complicada negociación presupuestaria, ni en lo que respecta al futuro de la Constitución, asuntos que deberán resolver los jefes de estado y de gobierno.

Sobre la Constitución dieron por sentado que los mandatarios fijarán una posición lo suficientemente flexible como para permitir que los Estados que aún no se han pronunciado decidan por su cuenta si mantienen o suspenden su calendario interno y, en su caso, su referéndum de ratificación.

Según fuentes comunitarias, el Consejo de Asuntos Generales y Relaciones Exteriores se limitó a un breve debate de preparación de la cumbre en el que se cerraron detalles menores del texto de conclusiones que adoptarán los líderes. Corresponderá a éstos en cambio encontrar una salida de consenso a la incertidumbre que acecha al proyecto de Constitución europea tras los rechazos francés y holandés y, sobre todo, a la enconada negociación sobre el marco presupuestario de la UE para el periodo 2007-2013.

También dijeron que el calendario inicialmente previsto, según el cual los Veinticinco deberían hacer el balance de las ratificaciones en el otoño de 2006 y decidir entonces el camino a seguir, no parece ya viable, por lo que el Consejo Europeo asumirá una perspectiva a más largo plazo.

Más incierta se presenta la negociación sobre el nuevo marco presupuestario. El «cónclave» que los ministros celebraron para intentar limar diferencias sólo sirvió para constatar que cada Estado mantiene sus posiciones. Una gran mayoría de países, entre ellos, Francia, España o Italia, reclaman reducir el «cheque británico» -mecanismo por el que el Reino Unido obtiene un reembolso anual de su aportación financiera cercano a los 5.000 millones de euros-, pero Londres sólo está dispuesto a aceptar el recorte si también se revisa el gasto agrícola, teóricamente blindado hasta 2013.

Sin embargo, el ministro británico, Jack Straw, se limitó a insistir a su llegada al Consejo en que la cuestión del «cheque» no es el único problema sobre la mesa y recordó que la presidencia aún no ha satisfecho la demanda del Reino Unido, Francia y Alemania, entre otros, de limitar al 1% de la renta europea el gasto de la UE. Por su parte, Bot advirtió de que su Gobierno está «muy descontento» con la fórmula propuesta por la presidencia para equilibrar las aportaciones de Alemania, Suecia y Holanda.