Tony Blair conversa con Jaques Chirac durante una de las sesiones de trabajo.

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El primer ministro británico, Tony Blair, ha llevado la cumbre presupuestaria de la UE al borde del fracaso al rechazar la última propuesta de compromiso de la presidencia luxemburguesa, según coincidieron fuentes diplomáticas y comunitarias.

Su exigencia de que cualquier revisión del «cheque» que la UE devuelve a Londres desde 1984 quede condicionada a una reforma en profundidad de las prioridades de gasto europeas ha conducido la negociación de la futura financiación para el período 2007-2013 a un callejón sin salida.

El Reino Unido no acepta la última propuesta, explicó, porque no contiene un compromiso claro de reforma del presupuesto de la UE y no hace «ninguna referencia a la Política Agrícola Común».

Según dijo, «cualquier cambio en el 'cheque británico' -la presidencia proponía su congelación en un nivel cercano a los 5.000 millones de euros- debe estar vinculado a una reforma del presupuesto» de la UE.

Y la fórmula presentada al respecto por el presidente Juncker «no creemos que salga adelante», vaticinó. «Nosotros estamos preparados para hablar de cambios en el cheque», pero éste no es el problema, insistió, «lo que hay que hacer es ir a la raíz del problema».

La «filosofía» británica sobre la necesaria reforma del presupuesto europeo fue encontrando apoyos a lo largo de la discusión al menos en Holanda, Suecia, Dinamarca e incluso Italia.

En declaraciones a los periodistas, el primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, compartió la opinión de que no es obligado cerrar hoy el acuerdo presupuestario y la Unión puede plantearse una reflexión en profundidad sobre sus prioridades de gasto.

El «cheque» es la devolución que Londres recibe de la UE desde 1984 como compensación por el escaso aprovechamiento que el Reino Unido hace de las principales políticas comunes, especialmente la agricultura. En 2005 supondrá 5.200 millones de euros.