El primer ministro israelí, Ariel Sharón, da la mano al presidente palestino, Mahmud Abás, en la reunión que mantuvieron ayer en Jerusalén.

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Tras la reunión, tensa y de más de dos horas de duración, Mahmud Abás evitó comparecer ante los medios de comunicación como tenía previsto, y fue su primer ministro, Ahmed Qurea, quien calificó la reunión de «difícil» y que no cumplió las expectativas de la Autoridad Nacional Palestina (ANP). En cuanto a «la mayoría de los asuntos básicos, en los que esperábamos recibir respuestas positivas, no las hubo».

«Fue una reunión muy difícil en la que Israel no presentó nada que se ajustara a nuestras expectativas, o de las partes árabes e internacionales que ayudaron a su convocatoria. Las propuestas no fueron serias», agregó Qurea. «Si consideramos esta reunión como inicial, la consideramos importante. Entretanto, continuaremos con nuestros contactos con las partes árabes, internacionales e israelíes para explorar las cuestiones con las que ya ha comenzado Abú Mazen», apuntó.

En la conferencia de prensa se encontraban además de Qurea, el ministro de Asuntos Civiles, Mohamed Dahlán, y el jefe del equipo de negociaciones de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), Saeb Erekat, quienes acudieron a la residencia de Sharón situada en Jerusalén Oeste. Interpelado Dahlán por los periodistas refirió que «no ha habido nada de nada».

Según Qurea, la reunión, sin embargo, fue «profunda» y discutieron sobre restricciones que afectan la vida diaria de los palestinos. En ella las partes trataron el compromiso de ambos con el proceso de paz, la continuación de la tregua y varios asuntos relacionados con el Plan de Desconexión, como la construcción de un puerto en la franja de Gaza tras la retirada de Israel, el control los pasos fronterizos en ese territorio y del distrito cisjordano de Jenín, donde serán desmantelados cuatro asentamientos.

También trataron el plan israelí de demoler decenas de casas palestinas en los barrios de Siluan y Sur Baher, en Jerusalén y el confinamiento del secretario general del Frente Popular para la Liberación de Palestina (FPLP), Ahmed Saadat, y de Yamal Shubaki, responsable del «Karin A», un barco cargado de armas para los palestinos e interceptado por Israel a principios del 2002.