La razón de que hubiera tantos niños, según las fuentes, es que los
soldados norteamericanos distribuían, en ese momento, dulces y
cuadernos con pasatiempos para los niños iraquíes, lo que atrajo a
numerosos menores, de vacaciones en estas fechas. El mando militar
estadounidense confirmó, en un comunicado, que un soldado
norteamericano murió en el ataque y que otros tres resultaron
heridos por la explosión.
«Es un crimen sin precedentes. El hospital ha recibido 32
cadáveres, de ellos 23 cuerpos de niños, así como 31 heridos,
incluidos 21 niños», dijo el doctor Ghanem Yawad, del hospital
bagdadí Al Kindi, en el que ingresaron la mayor parte de las
víctimas. El ataque ocurrió poco después de las 11.00 hora local y
tuvo como blanco una patrulla militar y un puesto de control
norteamericano establecido en una carretera del barrio «Al Fadar»,
en la zona de Nueva Bagdad, en el este de la capital, informaron
fuentes policiales.
Si los datos facilitados por las fuentes hospitalarias son
ciertas, este es el atentado que más menores ha matado y herido
durante la posguerra en Irak, que comenzó el 1 de mayo de 2003.
Pocas horas después, un oficial de policía y un niño murieron y
otras tres personas resultaron heridas en un ataque y la explosión
de una bomba, en dos barrios de la capital iraquí, informaron a EFE
fuentes del ministerio iraquí de Interior.
Indicaron que el uniformado y su escolta, que resultó herido,
fueron atacados por rebeldes con armas ligeras, cuando las dos
víctimas viajaban en un coche en la avenida Eshrin del barrio Al
Bayaa, en el oeste de Bagdad. Mientras que el niño perdió la vida,
y un hombre y una mujer resultaron heridos en el estallido de un
artefacto explosivo registrado en una calle del arrabal Al Qahira,
en el noreste de la capital. Según las fuentes el blanco de la
bomba era una patrulla militar estadounidense y no los civiles.
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