El rey Juan Carlos saluda al rey Fahd Ben Abdelasis, en una foto de archivo del 29 de agosto de 1999.

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Fahd ben Abdelasis al Saud, rey de Arabia Saudí, custodio de las dos mezquitas de la Meca, y cunya muerte fue comunicada ayer, nació en Riad, Arabia Saudí, en 1920, ayer mismo fue nombrado como su sucedor el principe Abdalá. Fahd fue el quinto monarca de la familia Al Saúd desde la creación de Arabia Saudí en 1934. Tomo posesión en 1982. Sexto hijo de los aproximadamente cuarenta que tuvo el rey Abdelasís Abdulrahman al Saud, fundador del Reino, fue el primero de los hijos que nacieron de su mujer favorita, Hassa bin Ahmed al Sudari. Hermano preferido del rey Faisal, quien lo introdujo en la escena política en 1952, después de realizar sus estudios islámicos y de cultura occidental, fue nombrado ministro de Educación, al crearse dicho Ministerio.

En 1962 fue nombrado ministro del Interior. En 1964, tras la destitución del rey Saud, fue designado Vicepresidente Segundo del Gobierno, al acceder al trono su hermano, el Rey Faisal, de quién era su hombre de confianza.

El 8 de junio de 1974 firmó un importante acuerdo económico con Estados Unidos, país con el que mantiene buenas relaciones.

En 1975, tras la trágica muerte del rey Faisal y al acceder al trono su hermano Jaled, fue nombrado Príncipe Heredero del Reino y Vicepresidente Primero del Gobierno. Dada la precaria salud del Rey, quién fue operado a corazón abierto en Estados Unidos, el entonces príncipe Fahd fue realmente el rey en la sombra.

La muerte del rey Fahd fue recibida con muestras de pesar por dirigentes de los países y organizaciones occidentales, que valoraron su contribución al desarrollo económico y social de su país.

Para el primer ministro británico, Tony Blair, el fallecido fue un «buen amigo del Reino Unido», que lideró a su país con «gran visión y liderazgo».

La Presidencia de la República francesa expresó la «profunda tristeza» de Francia por la muerte del rey Fahd, «jefe de Estado amigo y respetado soberano».

El presidente francés, Jacques Chirac, señaló, a través de un comunicado, que durante su reinado Fahd se preocupó «ante todo por la seguridad de su pueblo», y que en los momentos de peligro «fue el garante de la integridad de su país y el defensor de la estabilidad regional. Supo acompañar con sabiduría la evolución del Reino».

El presidente de EEUU, George W. Bush, expresó al nuevo monarca de Arabia Saudí, Abdala, las condolencias de su país por el fallecimiento del rey Fahd, que fue un firme aliado de Washington. «Hemos tenido una estrecha asociación y buenas relaciones con Arabia Saudí», dijo el portavoz de la Casa Blanca.