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EFE-KABUL
En vísperas de los comicios de hoy, la seguridad era la principal preocupación en Afganistán, donde en las últimas horas han muerto doce personas por la violencia, entre ellas tres policías, y se ha abortado un plan para hacer estallar una presa.

Veinte supuestos miembros de los talibán fueron arrestados ayer, sábado, en la provincia de Helmand (sur del país) cuando pretendían poner bombas en una presa, según informó el Gobierno afgano, que asegura haber desmantelado varios intentos de atentado.

Casi 12,5 millones de afganos están convocados a votar en las primeras elecciones legislativas democráticas en la historia del país, a las que se presentan 5.800 candidatos, de los que el 10 por ciento son mujeres, y que van a celebrarse bajo la amenaza de los talibán.

Ante el temor de atentados se ha reforzado la seguridad en todo el país, especialmente en las áreas más conflictivas del sur y el este, y cerca de 80.000 policías y militares afganos han sido movilizados.

En Kabul, donde la situación está teóricamente más en calma, tres agentes, entre ellos un jefe policial, fueron asesinados en la noche del viernes «por enemigos» cuando patrullaban con su vehículo en el distrito de Musayi, informó Luftullah Mashal, portavoz del Ministerio afgano del Interior.

Además, en la provincia de Zabul, este viernes, murieron otros dos rebeldes en enfrentamientos con la policía.