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Los militares estadounidenses comenzaron a liberar ayer a unos 1.000 presos iraquíes de la famosa cárcel de Abu Ghraib, en el oeste de Bagdad. Según un comunicado del mando militar de EEUU, la mitad de estas personas iban a ser puestas en libertad ayer mismo y el resto en los próximos días, con ocasión del mes sagrado del Ramadán (ayuno musulmán), que este año empezará el 4 de octubre.

La decisión de liberarlos se debe a una petición del Gobierno interino de Irak, tras no encontrar suficientes pruebas sobre su presunta implicación en ataques contra las tropas de EEUU y las fuerzas de seguridad iraquíes. Tampoco están implicados en otras acciones de violencia, como el secuestro o el asesinato de civiles, y «se han comprometido todos a ser buenos ciudadanos del Irak democrático», añadió.

En medios políticos iraquíes la medida es vista como un gesto de buena voluntad por parte del Gobierno de Irak y la fuerza multinacional hacia los iraquíes, especialmente los árabes suníes, para animarles a participar en el referéndum del próximo 15 de octubre sobre el borrador de la nueva constitución del país.

La liberación de miles de detenidos iraquíes fue una de las principales exigencias de los representantes de la comunidad suní en la Comisión Constitucional para participar en el proceso de transición.

La excarcelación de estas personas coincide, no obstante, con la detención de 126 personas en redadas realizadas en los últimos cuatro días por fuerzas iraquíes y de EEUU en Bagdad y sus alrededores, según otro comunicado militar.