La jornada electoral se desarrolló en completa normalidad hasta las
17.30 hora local (las 15.30 GMT), cuando dos encapuchados
dispararon cinco tiros a Fortugno mientras votaba en una sede
electoral de la localidad calabresa de Locri, sur del país.
Trasladado a un centro sanitario, nada se pudo hacer por su vida.
Aunque no se descarta ninguna pista, la que cobra más peso es la
mafiosa. En Locri tiene una fuerte presencia la mafia calabresa, la
«Ndrangheta».
Nada más conocerse el atentado, todos las fuerzas políticas lo
condenaron. El ministro de Agricultura, Gianni Alemanno, lo
consideró un «episodio grave e inquietante». «Si la mafia ha puesto
los ojos en las altas instituciones estamos superando los niveles
de guardia y la situación puede pasar a ser muy peligrosa», dijo el
derechista Alemanno.
Fortugno, de 54 años, casado y con dos hijos, era médico
cirujano y forense. Sobre él no pesa ninguna investigación ni
sospechas de eventuales relaciones con la criminalidad
organizada.
La muerte de Fortugno empañó una jornada electoral considerada
«un éxito» por la Unión, ya que se superaron las previsiones de
votantes y a las siete de la tarde, a tres horas del cierre de
colegios, habían votado dos millones de ciudadanos. «Se trata de un
gran éxito, es una respuesta increíble», dijo Prodi, que aspira a
ser elegido como el candidato de la oposición que se enfrentará a
Silvio Berlusconi para hacerse con el triunfo en los comicios de
2006.
Berlusconi comentó las primarias afirmando que la única manera
que tiene Prodi de ganar «es así, haciendo que voten solo los
electores del centro izquierda».
La respuesta no se hizo esperar y los líderes de la Unión
aseguraron que la victoria es el «antipasto» (entrantes) de los
comicios de 2006. Las 9.731 mesas electorales distribuidas por todo
el país, a las que hay que añadir otras 180 en el extranjero,
abrieron a las ocho de la mañana y cerraron a las diez de la noche,
para comenzar el escrutinio de los votos.
Los resultados del ganador esperaban conocerse en torno a las
dos de la madrugada, que nadie duda que será Prodi. A estas
primarias -la primera vez en la historia de Italia que se celebran-
se presentaron siete candidatos: Romano Prodi, democristiano, ex
presidente de la Comisión Europea y ex jefe del Gobierno italiano
con la coalición Olivo, y Fausto Bertinotti, líder del ortodoxo
partido Refundación Comunista (PRC). A Prodi le apoyan los
Democráticos de Izquierda y el centrista Margherita.
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