Varios policías inspeccionan con perros el lugar de uno de los atentados del sábado.

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FRANCE PRESS-NUEVA DELHI
Una organización armada desconocida hasta el momento y que se autodenomina Grupo Inquilabi ('Revolución') asumió ayer la autoría de los atentados terroristas perpetrados ayer en dos mercados y en el interior de un autobús en Nueva Delhi, que causaron al menos 65 muertos y casi 200 heridos. La policía ha confirmado la detención de 22 personas presuntamente relacionadas con la matanza y los agentes patrullan las calles, los principales edificios, los aeropuertos y las estaciones de tren y autobús de esta ciudad, cuyas calles comerciales, habitualmente abarrotadas, han quedado desiertas.

Un alto mando policial consideró que el grupo podría ser una organización clandestina vinculada al Lashkar-e-Toiba (LeT), movimiento activo en Cachemira, la región del Himalaya que desde hace décadas se disputan indios y paquistaníes. El Gobierno indio se enfrenta a la rebeldía de numerosos grupos armados, la mayor parte de ellos separatistas cachemires que se oponen al actual proceso de paz entre Pakistán e India.

Según la agencia india UNI, un hombre que se identificó como Ahmedyar Ghaznavi y se presentó como el portavoz del grupo, reivindicó los atentados en llamadas telefónicas a los medios de comunicación locales en nombre de Inquilabi.

Pakistán ha condenado los atentados, que calificó de «actos bárbaros y criminales». La masacre coincidió con el acuerdo entre las autoridades de los dos países para abrir la Línea de Control que divide a Cachemira.

De momento, las fuerzas de seguridad han confirmado la detención de 22 personas en varias redadas realizadas en hoteles cercanos a las zonas donde se produjeron los atentados en cadena.

El primer ministro indio Manmohan Singh pidió ayer calma a la población y convocó una reunión extraordinaria y urgente del Gobierno con objeto de tratar la situación provocada por la cadena de atentados. Singh, que se encontraba el sábado de viaje y regresó a la capital, condenó los atentados, que calificó de «cínicos y premeditados ataques contra gente inocente»,Las explosiones se sucedieron con un intervalo de segundos, con las calles atestadas de gente que hacía sus compras de última hora para los regalos de la festividad hindú de la Luz (similar a la Navidad occidental).