El Gobierno israelí aprobó ayer la celebración de las elecciones
palestinas en Jerusalén oriental, donde los vecinos de esa
nacionalidad podrán escoger el día 25 a sus representantes ante el
Parlamento de Ramala.
El más férreo crítico fue ayer el ministro de Exteriores saliente,
Silván Shalom, quien describió como «un grave y peligroso error» la
participación de Hamás en las elecciones palestinas, pues
contradice los acuerdos de Oslo para la paz entre israelíes y
palestinos.
Esto significa que en estas dos próximas semanas, los trece
partidos, organizaciones y candidatos independiente en liza por los
132 escaños de la Cámara Legislativa, con la sola excepción de los
candidatos del Movimiento islámico Hamás, podrán llevar a cabo sus
actos y mítines de propaganda electoral en Jerusalén este.
La resolución oficial indica, en cambio, que los candidatos del
popular movimiento Hamás no podrán hacer campaña dentro de la
ciudad y serán detenidos si lo hiciesen.
«Hamás no entrará en Jerusalén y que no quepa duda de ello»,
afirmó Olmert a sus colaboradores en referencia a los comicios en
los que el movimiento de la Resistencia Islámica será el principal
rival del histórico movimiento Al Fatah, fundado por el fallecido
Yaser Arafat.
Por otra parte, el fiscal general de Israel anunció ayer que
Ehud Olmert seguirá en el cargo de primer ministro, reemplazando
temporalmente al enfermo Ariel Sharón, hasta las elecciones del 28
de marzo. El fiscal Menachem Mazuz se decidió en contra de declarar
la incapacidad de Sharón como permanente, lo que hubiera
significado el final de la carrera política del primer
ministro.
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