FRANCE PRESS-BAGDAD
Las autoridades iraquíes decretaron ayer un toque de queda y los
líderes religiosos hicieron un llamamiento a la unidad entre chiíes
y suníes con el objetivo de evitar que Irak se vea envuelto en una
guerra civil tras la ola de violencia provocada por la destrucción,
el pasado miércoles, de la cúpula del mausoleo chií de Askariya en
Samarra, que hasta la fecha ha causado cerca de 130 muertos.
El toque de queda decretado en Irak frena la ola de violencia religiosa
La medida no impide nuevos asesinatos en el «triángulo de la muerte suní», Basora y Samarra
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