«Quiero a Radovan Karadzic, quiero a Ratko Mladic. Este tribunal
debe resucitar porque ahora está en coma», afirma la fiscal suiza
en una entrevista que ayer publicó el rotativo 'Le Monde'.
Del Ponte reconoció que la muerte de Milosevic ha sido «un golpe
duro para la moral» del TPIY, aunque se mostró confiada en que
pueda provocar «una aceleración» en la búsqueda de los presuntos
responsables.
La fiscal aseguró que hubiera solicitado la prisión a
perpetuidad para Milosevic al final del juicio, que ella aguardaba
para el principio del próximo verano. «Puedo hablar durante horas
de la culpabilidad de Slobodan Milosevic», aseguró Del Ponte, quien
señaló que con su muerte el ex mandatario «apagó la luz» sobre el
proceso. «Nos ha jugado una mala pasada después de todo lo que ha
hecho», indicó la fiscal, convencida de que Milosevic «tomaba
medicamentos a escondidas» porque «había decidido que su estado de
salud debía empeorar».
Del Ponte afirmó que hay que esperar a los exámenes
toxicológicos para saber lo que había en la sangre de Milosevic y
determinar «si degradó su salud para poder ir a Moscú (a curarse) o
quiso suicidarse», pero rechazó toda duda «sobre su tratamiento
médico».
Los restos mortales de Milosevic fueron trasladados ayer en un
coche fúnebre desde las dependencias del Instituto Anatómico
Forense Nacional hasta el mortuorio del aeropuerto de Schiphol, en
Àmsterdam, acompañados del hijo del dictador, Marko. El
vicepresidente del Partido Socialista de Serbia (SPS), Milorad
Vucelic, dijo anoche a la televisión estatal que Slobodan Milosevic
será sepultado en su país en una fecha aún por determinar y que el
féretro con el cuerpo del estadista llegará hoy a Belgrado.
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