Un joven opositor a Lukashenko, agitando la bandera bielorrusa ayer en la Plaza de Octubre de Minsk.

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EFE-MINSK
La oposición democrática bielorrusa impugnó ayer ante la Comisión Electoral Central (CEC) los resultados de los comicios presidenciales del domingo, mientras centenares de sus partidarios acampan en la capitalina Plaza de Octubre.

El líder demócrata aseguró en declaracioens recogidas por los medios locales que la oposición «en ningún caso» reconocerá los resultados de la votación, que tachó de «anticonstitucional usurpación del poder».

«Hemos interpuesto una apelación ante la CEC sobre la ilegitimidad de las elecciones presidenciales», declaró Alexandr Milinkiévich, líder de la oposición, que ha recibido el apoyo explícito de EEUU y la Unión Europea.

En las elecciones del pasado domingo, Milinkiévich obtuvo un 6% de los votos, según la CEC, frente al 82,6% conseguido por el actual presidente, Alexandr Lukashenko, en el poder desde 1994, que fue reelegido para un tercer mandato.

La oposición mantiene que la votación del domingo, en la que tomaron parte 6,6 millones de personas, fue una «farsa» que se fraguó en vísperas de los comicios, cuando votó por adelantado un 30% del electorado, el 99% del mismo por Lukashenko.

Milinkiévich, que llegó al término de la jornada laboral a la Plaza de Octubre de Minsk, donde se celebra un mitin de protesta, demanda la repetición de las elecciones.

La oposición mantiene que Lukashenko no superó la barrera del 50% de los votos, por lo que la CEC debería haber convocado una segunda vuelta que enfrentaría al presidente y Milinkiévich.

Lukashenko ha exhortado a la oposición a aceptar los resultados de las elecciones y dijo que «la supuesta revolución ha fracasado».

La Fiscalía bielorrusa informó ayer de que las infracciones que se produjeron durante las elecciones fueron «insignificantes» y no «influyeron en la expresión de la voluntad popular». «Las elecciones fueron libres y se sustentaron en el sufragio directo, equitativo y universal», dice el comunicado.

La nota acusa, en particular, al líder de los socialdemócratas, Alexandr Kozulin, que apenas consiguió un 3 por ciento de respaldo electoral, de incluir a personas fenecidas y residentes en el extranjero de sus listas.

La Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa (OSCE) dictaminó el lunes que las elecciones no habían sido «libres», mientras el Consejo de Europa fue más lejos y las calificó de «farsa».

Mientras, varios centenares de personas acampan desde la tarde del lunes en la Plaza de Octubre de Minsk, a pesar de la impenitente nieve que cae sobre la capital.

Al igual que ocurrió en noviembre de 2004 en la «revolución naranja» de Ucrania, los activistas que trasnocharon en la plaza son jóvenes que enarbolan banderas de la UE.