Despliegue de los antidisturbios de la policía bielorrusa en el centro de Minsk, impidiendo las manifestaciones y practicando detenciones.

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EFE-MINSK
La Policía antidisturbios se enfrentó ayer con gran contundencia contra manifestantes de la oposición política al actual régimen que protestaban en la capital de Bielorrusia, Minsk, obligándoles a retroceder con el uso de porras. Asimismo, se produjeron decenas de detenciones, entre ellas la de un líder opositor, Alexander Kozulin.

Poco antes de estallar la violencia, el candidato a la presidencia Aleksandr Milinkévich anunció en un mitin la creación de un «amplio movimiento político», cuyo objetivo es «acabar con la dictadura» del actual jefe de Estado, Alexandr Lukashenko.

La violencia se desató después de que una densa línea de policías bloqueara el paso a varios miles de manifestantes que se dirigían a la prisión donde se encuentran los numerosos detenidos en anteriores protestas, especialmente la del pasado miércoles en Minsk.

La Policía se enfrentó a ellos poco después del mediodía y avanzó entre la multitud, que comenzó a dispersarse, mientras les gritaba «¡fascistas!». Se practicaron al menos una veintena de detenciones.

La carga se produjo poco después de que el dirigente opositor Aleksandr Kozulin, candidato a la presidencia en las elecciones del pasado domingo, encabezase una marcha con la intención de dirigirse a un centro de detención de la policía donde se encuentran los numerosos detenidos durante la represión de la manifestación del pasado miércoles.

«Nuestros lemas son libertad, verdad y justicia», proclamó, y añadió que el objetivo es «conseguir elecciones justas y honradas sin el actual jefe de Estado».

Milinkévich exhortó a «no esperar cinco años más (de mandato presidencial) para construir una Bielorrusia libre» y, ante la imposibilidad de intervenir por radio y televisión, controladas por las autoridades, prometió «inundar el país de periódicos y llegar hasta cada ciudadano engañado».