El Gobierno afirmó en la fase previa a la guerra que Bagdad tenía enormes depósitos de armas químicas y biológicas y que estaba trabajando clandestinamente para construir un arsenal nuclear, y por lo tanto lo presentó como una amenaza al mundo.
Tyler Drumheller, dijo que altos funcionarios de la Casa Blanca simplemente eliminaron la advertencia, diciendo que «ya no estaban interesados» en el espionaje y que la política hacia Irak ya había sido establecida.
La revelación, hecha en una entrevista con el programa de la CBS «60 minutos» se suma a recientes acusaciones de que el gobierno de Bush utilizó selectivamente el espionaje mientras preparaba su justificación para la invasión de marzo en Irak.
La investigación emprendida después de que el ejército de Estados Unidos tomó el control de Irak fracasó en encontrar tales armamentos. Pero Bush y otros miembros de su gobierno han culpado del fiasco a un masivo fracaso del espionaje y ha negado en forma vehemente que hubieran manipulado la información. Sin embargo, Drumheller, que fue un alto agente de enlace de la CIA en Europa antes de la guerra, insistió en que Bush había sido explícitamente advertido de que Estados Unidos no encontraría las supuestas armas de destrucción masiva en Irak mucho antes de que fuese dada una orden de invasión.
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