Una niña juega con su monopatín frente a una imagen de Benedicto XVI, ayer, en Valencia.
08/07/06 0:00
EFE-VALENCIA
Valencia vivió ayer la jornada previa a la visita del Papa con la normalidad de un viernes de julio, con mucho calor y donde el color de la creciente marea de peregrinos ataviados con los colores vaticanos, blanco y amarillo, contrastaba con el luto por la tragedia del metro y los crespones negros de muchos balcones.
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