Soldados franceses llegaban ayer al Líbano como parte de la Fuerza Internacional.

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AGENCIAS-BRUSELAS
Los países de la UE aportarán entre 5.900 y 6.900 soldados a la fuerza internacional de la ONU (FINUL) en Líbano para velar por el cumplimiento del alto el fuego entre Israel y la milicia Hezbolá, según anunció el ministro de Exteriores de Finlandia y presidente de turno del Consejo de la UE, Erkki Tuomioja, al término de la reunión extraordinaria celebrada ayer en Bruselas.

Annan expresó su satisfacción por los compromisos europeos, que suponen «más del 50%» de las necesidades de la nueva FINUL reforzada. «Europa asume la responsabilidad de constituir el núcleo de la fuerza», dijo, agregando que «ahora podemos constituir una fuerza creíble».

Junto a él, el secretario general de la ONU, Kofi Annan, anunció que ha ofrecido a Francia seguir liderando la fuerza hasta febrero de 2007 y que a partir de entonces el mando pasará a Italia.

Annan señaló que España aportará «un batallón». Tuomioja, por su parte, declinó facilitar los compromisos por países aunque «no son ningún secreto», porque algunos están sujetos aún al visto bueno de sus respectivos parlamentos.

El secretario general de la ONU mostró también sus diferencias con el presidente francés, Jacques Chirac, que esta mañana calificó de «excesivo» un contingente internacional de 15.000 efectivos. «No creo que estemos considerando una cifra superior a lo necesario, 15.000 es lo que habíamos pensado que sería necesario», apuntó. Ahora bien, como el despliegue se hará en tres fases, admitió que se pueden ir viendo las necesidades.

Según Annan, la primera fase supondrá el despliegue de 3.000 o 4.000 soldados «en unos días o una semana». Luego habrá otras dos fases más, de modo que el despliegue estará completo en unos «meses».

Por otro lado, Annan dejó claro, por un lado, que el Gobierno libanés no ha pedido que FINUL se despliegue en la frontera con Siria -algo que tampoco exige la resolución 1701 que da base legal a la nueva fuerza- y, por otro, que no es tarea de las fuerzas de la ONU desarmar a la milicia Hezbolá.

En el momento de redactar la resolución, dijo, «se entendió que sería el Líbano quien realizarse esta tarea». «El desarme de Hezbolá no se puede hacer por la fuerza, tiene que haber un acuerdo político entre libaneses», prosiguió, remachando que el papel de las fuerzas internacionales aquí es limitado: «Podemos asesorar, pero las tropas no van a realizar este desarme, seamos claros».