«En esta ocasión quiero mandar un mensaje a los terroristas: vais a ver un gran castigo donde os encontréis escondidos, no os podéis escapar del castigo, que será la muerte o la cárcel», afirmó Al Maliki en una ceremonia en la sede del Ministerio de Defensa en Bagdad.
Por otra parte, el nuevo líder de Al Qaeda en Irak, Abu Hamza al Muyaher, se mostró convencido de la victoria de su organización en Irak y pidió para ello la unión de todos los «muyahidines» (guerreros santos) en el país.
Según informó la televisión iraquí, el Ejército será formalmente responsable de las operaciones de seguridad en las quince provincias de Irak, incluidas las más «calientes» donde opera la insurgencia suní, como Al Anbar, en el oeste, Diyala, en el este, y Salahedín y Nínive, al norte.
El acto, que debía haber tenido lugar hace seis días, fue retrasado por supuestas diferencias entre ambas partes que no fueron detalladas.
Por su parte, el líder de las tropas multinacionales en Irak, general George Casey, calificó la jornada de «importante» y anunció que «a partir de hoy las tropas iraquíes asumirán numerosas responsabilidades para dirigir el ejército iraquí».
Al Maliki recibió el mando de la Octava Brigada del ejército de tierra, entrenada por las fuerzas de la coalición, encabezada por EEUU, además de todas las fuerzas aéreas y navales. Progresivamente, el Ejecutivo iraquí irá recibiendo el mando sobre las nueve brigadas terrestre restantes.
En una grabación sonora emitida por la cadena qatarí Al Yazira, al Muyaher, sucesor de Abu Musab al Zarqaui, criticó también la participación de árabes suníes en el Gobierno iraquí.
«Insto a la unión de las filas entre los 'muyahidín'», dice Muhayer en el extracto difundido por Al Yazira, de apenas medio minuto de duración, y emitido sobre una fotografía de archivo del presunto terrorista.
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