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VERNA YU-PEKÍN
Las autoridades chinas observaron ayer un mutismo casi total en el 30 aniversario de la muerte de 'Mao Tse Tung' (luego escrito Mao Zedong) para «evitar desatar una ola de descontento despertando recuerdos dolorosos», estimaban los analistas.

Los observadores atribuyen este mutismo a los temores de las autoridades de resucitar el descontentos ante las decenas de millones de muertos provocados por la política de Mao, sobre todo durante la 'Revolución Cultural' (1966, entre uno y dos millones de muertos) o el 'Gran Salto Adelante' (30 millones de muertos de 1959 a 1961).

Ninguna celebración oficial fue organizada en la capital en homenaje a la memoria del hombre que fundó la República Popular China en 1949 y que era antes venerado por los chinos como «Gran Timonel».

La televisión estatal no mencionó para nada a Mao, fallecido el 9 de septiembre de 1976, mientras que el 'Diario del Pueblo' sólo publicó dos notas breves sobre conmemoraciones organizadas en internet y la construcción de un museo en el lugar donde nació el ex dirigente.

Sin embargo, miles de chinos fueron ayer al mausoleo de Mao, instalado en la plaza Tiananmen de Pekín. En su ciudad natal de Shaoshan (sur), hasta 8.000 personas visitaron el Museo Mao, casi el doble que en otros fines de semana, indicó un funcionario.

«Cuando se habla de Mao no se puede evitar mencionar la 'Revolución Cultural', no se puede evitar recordar el hecho de que decenas de millones de personas murieron de hambre», declaró ayer Li Datong, veterano del periodismo chino.

Las autoridades «tienen miedo», afirma Li, de 89 años, que durante la 'Revolución Cultural' estuvo en la cárcel ocho años. «Tienen la mentalidad de querer controlarlo todo», añade.

Gao Yu, un periodista que estuvo preso tras la sangrienta represión del movimiento democrático en la plaza Tiananmen en 1989, recalca que las autoridades de Pekín «no pone en evidencia el aniversario de la muerte de Mao a causa de la gravedad de los conflictos sociales actuales».