El ministro de Defensa de Holanda, Henk Kamp, a su llegada al campamento de Tarin Kowt.

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EUROPA PRESS-BRUSELAS
La reunión mantenida ayer en el cuartel general militar que la Alianza Atlántica tiene en Mons, cerca de Bruselas, para abordar el refuerzo de los efectivos en Afganistán, se saldó con buenas intenciones y ninguna oferta concreta para enviar más tropas al país, donde la expansión al sur de la Fuerza Internacional de Asistencia a la Seguridad (ISAF) está encontrando una gran resistencia por parte de los talibán.

La reunión se convocó a petición del comandante supremo aliado para Europa, el general norteamericano James L. Jones, que la semana pasada pidió refuerzos para hacer frente a la resistencia talibán y reclamó a los Veintiséis aportar un 15% más de fuerzas para llegar al cien por cien de la capacidad operativa de la Alianza. James habló de un batallón de reserva que podría llegar a los 1.000 efectivos y un segundo elemento de apoyo consistente en helicópteros de combate así como aviones.

«Se han dado indicios positivos en términos de generación de fuerzas, pero no se han puesto sobre la mesa ofertas concretas», admitió el portavoz oficial de la Alianza, James Appathurai, quien, no obstante, aseguró que se han alcanzado un «nivel significativo de objetivos» y que la operación «puede continuar sin necesidad de más tropas».