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EFE-MONTEVIDEO
La XVI Cumbre Iberoamericana concluyó ayer en Montevideo con un fuerte compromiso con los inmigrantes y un claro rechazo al muro que EEUU pretende levantar en su frontera con México, que fue considerado opuesto a «las relaciones de amistad».

Según el documento, «la construcción de muros no detiene la migración indocumentada, el tráfico de migrantes ni la trata de personas, incita a la discriminación y la xenofobia y favorece la aparición de traficantes que ponen en mayor peligro a las personas». Más allá del texto, todos los líderes iberoamericanos han alzado su voz contra el muro.

La cumbre montevideana ha quedado en la historia de estas citas como la que más ausencias ha tenido, con ocho, y se clausuró con la firma de dos declaraciones, una carta cultural y una docena de documentos anexos.

Uno de esos documentos hizo explícito el rechazo de los países iberoamericanos a la construcción del muro entre Estados Unidos y México, considerado «una práctica incompatible con las relaciones de amistad y cooperación» entre naciones.

La preocupación de la comunidad iberoamericana con el fenómeno de las migraciones, que ha expulsado de sus países a unos 30 millones de latinoamericanos, ha quedado plasmada en el «Compromiso de Montevideo», un documento de diez páginas dedicado especialmente al asunto.

El documento reconoce que «las migraciones han impregnado la historia de Iberoamérica» y reconoce como una «obligación» el seguir «garantizando el impacto positivo de las migraciones» dentro de la comunidad.