Personal médico traslada a Fatima Slutsker, de 57 años, que posteriormente falleció.

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EFE-JERUSALÉN
La muerte ayer de una israelí por el impacto de un cohete disparado desde Gaza pone de manifiesto una vez más la incapacidad del Ejército de Israel para afrontar esta amenaza y el fracaso de las recientes operaciones militares para impedir el fenómeno.

Ocho cohetes hicieron blanco a lo largo de la mañana en varios puntos del territorio israelí próximos a la franja palestina y dos de ellos impactaron, con consecuencias fatales, en el centro de la localidad de Sderot.

Fatima Slutsker, de 57 años, resultó seriamente herida por uno de los proyectiles caído en medio de la calle y murió poco después en el hospital Barzilai de Ashkelón, al que fue trasladada y donde se encuentra ingresado un joven con heridas de gravedad. El director del centro médico, Shimon Scharf, dijo que el joven, de 24 años y guardaespaldas del ministro de Defensa, Amir Peretz, fue herido en las dos piernas por la metralla desprendida por los cohetes y será sometido a una intervención quirúrgica.

Otras seis personas tuvieron que ser atendidas por los servicios de emergencia tras presentar cuadros de shock postraumático, indicó el alcalde de Sderot.

Los brazos armados de Hamás y la Yihad Islámica asumieron en sendos comunicados la autoría de los disparos con cohetes contra Sderot, donde residen unos 24.000 habitantes, y que ha sido en los últimos años blanco frecuente de este tipo de ataques.