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EFE-SINGAPUR
El presidente de EEUU, George W. Bush, viajó ayer con destino a Singapur, la primera etapa de una gira por el sureste asiático que tiene como telón de fondo la lucha con China por la influencia sobre esta región estratégica.

La llegada de Bush a Singapur está prevista para las 8.15 de hoy, hora local (01.00 GMT), tras una escala técnica en Moscú, donde se reunió brevemente con su colega ruso, Vladímir Putin, con el que repasó el reciente acuerdo entre los dos países por el que Washington da su visto bueno a la entrada de Rusia en la Organización Mundial de Comercio.

Durante su estancia, el presidente norteamericano se reunirá con el presidente Sellapan R. Nathan y el primer ministro Lee Hsien Loong y pronunciará un discurso sobre la importancia global de Asia, que es, a todas luces, la clave de su viaje. Bush, según la Casa Blanca, quiere destacar la importancia del sureste asiático para Washington y para los empresarios estadounidenses.

El viaje tiene lugar en momentos en los que aumenta su presencia en la región China, un país con el que EEUU mantiene una delicada relación de alianza y rivalidad en el terreno político y económico.

Ambos países colaboran para lograr el fin del programa nuclear norcoreano y mantienen una balanza comercial de decenas de miles de millones de dólares. Pero también existen roces en su alianza política, en temas como el respeto por los derechos humanos, y la balanza comercial está muy desequilibrada del lado de China: 102.000 millones de dólares en los nueve primeros meses del año.