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EFE/FRANCE PRESS-BAGDAD
El Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) pidió ayer la liberación inmediata e incondicional de la treintena de personas secuestradas en la sede de la Media Luna Roja iraquí en Bagdad, en su mayoría empleados de la organización humanitaria, en un acto que califica de «inadmisible».

«Pedimos la liberación inmediata e incondicional de las personas que fueron secuestradas esta mañana, porque, aunque siete de ellas ya han sido liberadas, del resto aún se desconoce su paradero y su situación», aseguró en una conferencia de prensa en Ginebra, el director de Operaciones del CICR, Pierre Krahenbuhl.

Según sus datos, el secuestro tuvo lugar poco antes del mediodía en el edificio de la organización, en el barrio bagdadí Al Wehda (al este de la capital), y entre los afectados había 25 empleados de la Media Luna Roja iraquí, mientras que el resto eran civiles que se encontraban en ese momento en el inmueble.

«Somos conscientes de que Irak vive una situación muy inestable y muy peligrosa y de que se presentan varias formas de conflicto, pero, en cualquier caso, este acto es totalmente inaceptable y viola los principios básicos del derecho internacional humanitario», advirtió.

Fosa común
Mientras, una fosa común en la que se encontraban enterrados los restos mortales de más de 30 personas presuntas víctimas del régimen de Sadam Husein ha sido encontrada en la ciudad santa de Karbala, según indicaron ayer fuentes policiales.

Un civil iraquí realizó este trágico descubrimiento cuando excavaba en un terreno los cimientos de su casa y divisó restos de ropa y huesos.

El hombre informó a la policía, que encontró los restos mortales de más de 30 hombres y mujeres presuntamente asesinados en 1991 cuando las fuerzas de Sadam trataban de sofocar el levantamiento chií que posteriormente dio lugar a la Guerra del Golfo. La tumba fue hallada en Karbala, 80 kilómetros al sur de Bagdad. Por su parte, el primer ministro británico, Tony Blair, realizó ayer un viaje sorpresa a Bagdad, donde el apoyo del Reino Unido al Gobierno del primer ministro iraquí, el chií Nuri al Maliki, contra el terrorismo y la violencia sectaria en este país.

En una conferencia de prensa conjunta en Bagdad y reas visitar a sus tropas en la zona de la capital, Blair también expresó su apoyo a la reconciliación nacional en Irak y vinculó de nuevo la retirada de las tropas británicas de este país con la «capacidad de las fuerzas iraquíes de mantener la seguridad».