Al menos 15 personas murieron y otras 19 resultaron heridas en dos atentados registrados ayer en Bagdad.

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AGENCIAS-NUEVA YORK/WASHINGTON
Un sargento del cuerpo estadounidense de Marines fue acusado ayer por el tribunal militar que le juzga en Camp Pendleton (California) del asesinato de doce iraquíes y de su responsabilidad en la muerte de otros doce civiles durante una operación desarrollada el pasado año en la ciudad de Haditha.

Además del sargento Wuterich, han sido implicados en el caso otros dos Marines, lo que eleva a ocho el número total de miembros de este escuadrón acusados y condenados, en mayor o menor medida, por su participación en los hechos acontecidos en noviembre de 2005. La defensa de los militares mantiene su inocencia e insiste en que actuaron según la ley.

Frank D. Wuterich, líder de un escuadrón de Marines, ha sido acusado de haber disparado contra doce personas con el propósito de asesinar o «causar grave daño». Además, la Justicia le acusa de haber ordenado a sus subordinados «disparar primero y preguntar después» y pedir a otros militares mentir.

La muerte de los civiles se produjo horas después de un ataque con coche bomba contra una patrulla de Marines que se saldó con la muerte de uno de los miembros del equipo y otros dos heridos. Tras el suceso cinco civiles que circulaban en un automóvil fueron tiroteados por el escuadrón liderado por Wuterich y el resto -incluidos mujeres y niños- murieron durante el ataque de los Marines.

Los soldados dijeron a sus superiores que los civiles perecieron en el ataque con bomba contra su patrulla y en un tiroteo posterior con insurgentes. Esa es la versión que el Pentágono hizo pública en noviembre de 2005.

Las acusaciones de que algo muy diferente pasó salieron a la luz en marzo, cuando la revista estadounidense «Time» y algunas emisoras de televisión en Oriente Medio divulgaron un vídeo grabado por un estudiante de periodismo iraquí que muestra que algunas de las víctimas murieron por tiros a quemarropa, según los expertos.