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AGENCIAS-BAGDAD
La Alta Comisionada de la Organización de Naciones Unidas (ONU) para los Derechos Humanos, Louise Arbour, instó ayer nuevamente al Gobierno de Irak a suspender la ejecución de los condenados a muerte por el Alto Tribunal Iraquí, petición a la que se unió el secretario general de la organización, Ban Ki-moon.

Si el miércoles fue detenida una persona («un responsable que supervisó la ejecución», según un consejero del primer ministro, Nuri Al Maliki) acusada de grabar con su teléfono móvil el ajusticiamiento de Sadam, ayer fue comunicado el arresto de otra más por el mismo motivo, según una fuente próxima al primer ministro. Según esa fuente, ambos detenidos pertenecen al Ministerio de Justicia.

El nuevo máximo representante de la comunidad internacional reafirmó la importancia del artículo tercero de la Declaración Universal de los Derechos Humanos sobre el derecho a la vida, según palabras de su portavoz Michelle Montas. El surcoreano es consciente del debate sobre la pena de muerte. Hasta que la cuestión sea resuelta, respeta el derecho de los Estados de tener sus propias posiciones», agregó Montás.

El 28 de diciembre, además de la confirmación de la sentencia de muerte al ex dirigente del país, Sadam Husein, se anunció la misma condena para Awad Hamad Al Bandar y Barzan Ibrahim. «La ley internacional sólo permite la imposición de la pena de muerte como una medida excepcional dentro de un riguroso marco legal», señaló Arbour. Ambos serán ejecutados el domingo en Bagdad, informó la televisión al Iraquiya, que cita como fuente al diputado Baha al Arayi.

La televisión chií Al Furat había afirmado el miércoles que iban a ser ejecutados en la madrugada de ayer, mientras que otras fuentes iraquíes aseguraban que tendría lugar la próxima semana.

Por otra parte, el Departamento de Defensa estadounidense cree que la creación de empleo en Irak es clave para impulsar la economía, estabilizar el país y reducir la escalada de violencia, después de que el comienzo de la guerra provocara la destrucción de muchos puestos de trabajo, según responsables del Pentágono.

Se estima que la tasa de desempleo en Irak se sitúa entre el 20 y el 60% de la población, la inflación está por encima del 50% y más de 1,5 millones de iraquíes han abandonado ya el país como consecuencia de la guerra.

En otra jornada de violencia, trece personas murieron y 22 resultaron heridas a causa de dos explosiones separadas registradas en el oeste de Bagdad, en Al Mansur, un barrio de mayoría suní, donde hay muchas de las legaciones diplomáticas, dijeron fuentes policiales. La primera explosión la causó un coche bomba, que estalló junto a un grupo de vendedores de gasolina cerca de una estación de servicio, y la segunda fue un artefacto que estaba oculto en la misma zona.