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EFE-KABUL
Fuerzas internacionales y afganas libraron ayer el primer gran combate del año con talibanes en la frontera con Pakistán, mientras sigue viva la polémica por la intención paquistaní de minar la zona.

Según el comunicado emitido por la ISAF, las fuerzas conjuntas vieron cómo dos grandes grupos de supuestos talibanes entraban en la provincia de Paktika procedentes de Pakistán.

Al menos 80 talibanes murieron en los combates, según el Ejército afgano, mientras que la OTAN elevó la cifra a 150, sin que ninguna de las dos fuentes informara de bajas entre sus filas.

En un comunicado, la Fuerza para la Asistencia a la Seguridad (ISAF, bajo mando de la OTAN) aseguró haber matado a 150 insurgentes en una operación combinada con el Ejército Nacional Afgano en el distrito de Bermel, de la provincia de Paktika.

Los rebeldes fueron observados mientras se reunían en Pakistán y cruzaban la frontera con el probable objetivo de lanzar un ataque contra las fuerzas internacionales desplegadas en territorio afgano.