Hilary Clinton se presentó ayer a las primarias con un duro ataque al presidente Bush. Foto: EFE

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PIEDAD VIÑAS-WASHINGTON
La senadora demócrata y ex primera dama de EEUU, Hillary Clinton, anunció ayer sus aspiraciones a volver a la Casa Blanca, pero esta vez como primera presidenta del país. La senadora de Nueva York comenzará por crear un «comité exploratorio» de su candidatura, lo que se considera como el primer paso en la carrera presidencial, tal y como desveló a través de un vídeo colgado en su página de internet (www.hillaryclinton.com) en el que subraya que está en la carrera y está «para ganar».

La senadora se ha embarcado en esta nueva misión convencida de que «es hora de renovar la promesa de EEUU» y de superar los «fracasos» cometidos por la actual administración en los últimos seis años. En el vídeo, en el que aparece sentada en un cómodo sofá, Hillary Clinton se dirige a todos los estadounidenses para que se unan a ella, «no solo en la campaña, sino en una conversación sobre el futuro de nuestro país».

Desde ayer se ha convertido en la favorita de entre todos los aspirantes demócratas a la presidencia, seguida por el senador Barak Obama, quien también ha hecho historia al ser el primer estadounidense de raza negra que compite por la Casa Blanca. Ambos tendrán que medirse en las primarias del Partido Demócrata, junto a los demás aspirantes entre los que, muy probablemente, figurará además el gobernador de Nuevo México, Bill Richardson, quien tiene previsto anunciar hoy sus planes de convertirse en el primer presidente hispano.

«Es mucho lo que estará en juego cuando EEUU elija un nuevo presidente en 2008», asegura, antes de prometer que en los próximos dos años «haré todo lo que esté en mi poder para limitar los daños que pueda hacer George W. Bush».

«Sólo un nuevo presidente podrá reparar los errores de Bush y devolver nuestra esperanza y optimismo» y «sólo un nuevo presidente puede recuperar la posición de EEUU de líder respetado en el mundo», añadió. La noticia de su candidatura era un secreto a voces para muchos, especialmente para algunos de sus compañeros de partido, que la ven como una candidata fuerte, con experiencia y capaz de conseguir lo que se propone.

Hay quienes, sin embargo, creen que tiene demasiado bagaje de las dos presidencias de su marido, Bill Clinton, y que el país aún no está preparado para una mujer presidenta. Lo que está claro es que es una mujer que no pasa desapercibida y que, haciendo gala de su fama de calculadora, irá a por todas.