El presidente israelí, Moshe Katsav, ayer ante la prensa. Foto: Y. WEITZMAN/REUTERS

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EFE-JERUSALEM
El Fiscal General de Israel, Mijael Mazuz, comunicó al presidente del Estado, Moshé Katzav, que está «sopesando» la posibilidad de someterlo a juicio por varios delitos sexuales -entre ellos de violación- contra cuatro funcionaras con las que trabajó a lo largo de su carrera.

Al estallar el escándalo por delitos sexuales del presidente, en julio del año pasado, el diario israelí «Yediot Aharonot» informó de que «A» exigió a Katzav 50.000 dólares bajo amenaza de denunciarlo por violación si no le proporcionaba trabajo al retornar de Estados Unidos, adonde había viajado después de cancelar su contrato.

A las graves acusaciones por delitos sexuales, por los que puede ser condenado a tres años en prisión, se suma el hecho de que Katzav es sospechoso de estafa, abuso de autoridad y de impedir la presentación de testigos.

El primer caso de acoso sexual fue denunciado por una funcionaria conocida como «A», una ex colaboradora de Katzav cuando era ministro de Turismo, en los años 1998 y 1999, pero el más conocido es el de otra «A», quien le acusa de haberla violado cuando era su secretaria en la residencia presidencial.

De hecho, fue Katzav quien «destapó la olla» al acusarla de pretender extorsionarle, aparente alusión a esa exigencia de la que dio cuenta el periódico, aunque no ha sido confirmada.

«A», la ex secretaria de la Presidencia, es la única mujer conocida por la opinión pública; los medios locales suelen publicar fotos suyas de cuerpo entero pero con el rostro tapado.

Entre los cargos de abuso sexual, según fuentes del Poder Judicial, figuran delitos de acoso por la fuerza y abuso sin consentimiento de la víctima.