La policía impide acceder a la sede de la agencia que concede matrículas para coches. Foto: M. PHILLIPS/EFE

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EFE-LONDRES
La policía británica investigaba ayer lo que parece una campaña con cartas bomba, tras establecer una conexión entre tres de los siete artefactos explosivos enviados en las últimas tres semanas en el Reino Unido, que han causado ya nueve heridos leves. Los mandos policiales apelaron ayer tanto a las empresas como a los ciudadanos particulares para que extremen las precauciones cuando manejen la correspondencia.

«Si se tiene alguna sospecha sobre alguna carta o algún paquete, no debería abrirse y se debería llamar a la policía inmediatamente», dijo ayer en una rueda de prensa en Londres Anton Setchell, oficial de la llamada Unidad Nacional de Situaciones Extremas (NCDE), que dirige las investigaciones. La policía ha establecido un vínculo entre los tres primeros paquetes bombas enviados el 18 de enero pasado.

El remitido a la compañía de pruebas de ADN Blacklands Way en el condado de Oxfordshire (sur de Inglaterra) causó heridas leves a una mujer de 40 años, mientras que los otros dos, dirigidos a la sede del Servicio de Ciencia Forense en Birmingham (West Midlands) y a una compañía en Oxfordshire, fueron interceptados y no causaron daños.

Los tres paquetes tenían un remitente similar y en uno de ellos aparecía el nombre de Barry Horne, un activista radical de los derechos de los animales que murió en el 2001 cuando cumplía una condena de dieciocho años de cárcel por una campaña de ataques con bombas incendiarias, según fuentes policiales citadas por la agencia británica PA.