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EFE-PARÍS
«¿Si no podemos reírnos de los terroristas, qué nos queda?«, se preguntó ayer el director de la revista «Charlie Hebdo», Philippe Val, al abrirse un juicio en su contra en París por haber publicado unas controvertidas caricaturas de Mahoma que a finales de 2005 generaron protestas e incidentes en varios países.

En este juicio, calificado de «medieval» por los directivos del semanario satírico, subyace el debate sobre si el derecho a la libertad de expresión debe detenerse ante la religión.

En medio de una gran expectación y de una gran despliegue mediático, Val negó ante el tribunal haber pretendido injuriar a los musulmanes y defendió el derecho a la caricatura y al humor.

«Es necesario reír. ¿Si no podemos reírnos de los terroristas, qué nos queda a los ciudadanos?», se preguntó Val ante un público entregado y al que lanzó la famosa frase del Papa Juan Pablo II: «¡No tengáis miedo!».

Paralelamente, subrayó que al publicar el 8 de febrero de 2006, en un número especial, las caricaturas que en septiembre de 2005 había sacado el diario danés «Jyllands-posten», pretendía atacar a los extremistas y no a los musulmanes en general.

«Se trataba de una crítica a la religión como idea, pero en ningún caso expresaba desprecio de ningún tipo hacia los creyentes de una fe», dijo Val, quien compareció totalmente vestido de negro en la primera de las dos jornadas previstas para el juicio.