La mayoría de víctimas del atentado son de origen paquistaní. Foto: DESMOND BOYLAN/REUTERS

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EFE-NUEVA DELHI
Al menos 67 personas han muerto en un atentado con explosivos contra el llamado «Expreso de la concordia», una de las pocas líneas de tren que unen la India y Pakistán, cuyos Gobiernos renovaron ayer su voluntad de diálogo al mantener la agenda de la nueva ronda de conversaciones, que comienza hoy. Dos bombas explotaron en torno a la medianoche, hora local, del lunes, en sendos vagones del «Samjhauta Express», que une Nueva Delhi con la ciudad paquistaní de Lahore, y acabaron con la vida de 67 personas -según la última cifra oficial-, la mayoría a causa del fuego avivado por el queroseno empleado por los terroristas y la propia velocidad del tren.

Se sospecha, por tanto, que la mayoría de las víctimas son paquistaníes, si bien sólo nueve -seis paquistaníes y tres indioshan sido identificadas hasta el momento pues los cadáveres están carbonizados, dijo una fuente policial india citada por la agencia local PTI. Los investigadores han rastreado los vagones incendiados en busca de restos de pasaportes, joyas o enseres que puedan ayudar a los familiares a identificar a sus seres queridos, añadió.

Las explosiones ocurrieron a unos 90 kilómetros de la capital india, cuando el tren estaba aproximándose a la pequeña localidad de Panipat, en el estado indio de Haryana, y la mayoría de los pasajeros estaban durmiendo. De los 757 pasajeros que viajaban en el expreso, 553 eran paquistaníes, según datos del ministro paquistaní de Ferrocarriles, Sheikh Rashid Ahmad.