Los presidentes de Irán y Sudán expresaron ayer su apoyo mutuo ante las presiones internacionales que sufren sus regímenes.

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FRANCE PRESS-TEHERÀN
Los Guardianes de la Revolución Islámica de Irán volvieron a protagonizar enfrentamientos con opositores al régimen ayatolá cerca de la frontera noroeste del país, donde el país delimita con Turquía e Irak. Según el comandante de los 'Pasdaranes' en la provincia de Ardabil -al noreste-, el coronel Jalil Badazadeh, en dichas refriegas cayeron cuatro guardianes, pero se logró abatir a 17 opositores que, según el Gobierno iraní, pretendían llevar a cabo «actos de sabotaje» en su territorio.

«Enemigos codiciosos, los americanos, los británicos y el régimen sionista, viendo que han fallado en sus objetivos en Oriente Próximo y la región, están intentando fomentar la inseguridad en las fronteras de Irán», aseguró el general Yahya Rahim Safavi. «Los enemigos de Irán, contratando a mercenarios y haciéndose ilusiones, quieren crear inestabilidad, pero las Fuerzas Armadas acabarán de forma contundente con los rebeldes y contrarrevolucionarios que dependen de los extranjeros», añadió.

Los únicos datos que ofrece Teherán de estos enfrentamientos llegan a través de la agencia oficial IRNA, que sólo informó de que los combates tuvieron lugar en medio de una temperatura inclemente. En los últimos diez días las tensiones se han incrementado en la frontera noroeste de Irán, donde el Partido para una Vida Libre en Kurdistán (PEJAK) se ha enfrentado a las fuerzas iraníes en los dos últimos años.

Sin embargo, Teherán no ofrece detalles sobre los combatientes a los que se enfrentan sus 'Pasdaranes' y acusa directamente a Estados Unidos, Reino Unido e Israel de las últimas escaramuzas. Concretamente, de los hechos acontecidos el pasado sábado, cuando se informó de la muerte de 17 rebeldes en la misma región y, al mismo tiempo, del fallecimiento de 13 soldados iraníes, entre militares y miembros de los Guardianes de la Revolución.