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AGENCIAS-WASHINGTON/BOGOTÀ
El presidente de Estados Unidos, George W. Bush, se enfrentará a una recepción hostil en las calles latinoamericanas al iniciar una gira que busca recuperar amigos en una región donde su Gobierno es profundamente impopular. Bush llegó anoche a Brasil, un país al que Washington ve como un potencial contrapeso a la influencia del presidente de Venezuela, Hugo Chávez, y sus planes de expandir su revolución socialista en la región. La gira se completará con la visita a Uruguay, Colombia, Guatemala y México.

Pero se espera que miles de manifestantes recorran la principal avenida de Sao Paulo antes de que Bush toque la ciudad, criticando la guerra en Irak y las políticas económicas hacia el mundo en desarrollo. «Bush representa la cara podrida de un imperio en decadencia», dijo Joao Antonio Felicio, de la agrupación sindical Central Única de los Trabajadores (CUT). En el Congreso brasileño, el miércoles, un grupo de legisladores izquierdistas mostraron un cartel en el que se leía «Bush no es bienvenido».

En el frente oficial, en las cinco naciones que incluirán la gira de Bush, lo que se buscará es restaurar el lugar de Estados Unidos en América Latina, donde las encuestas muestran una extendida oposición a la guerra de Irak y a las políticas estadounidenses para el comercio y la inmigración. «No hay nada más para decir que nosotros queremos ser amigos», dijo Bush en una entrevista en la televisión de Colombia, adonde llegará el domingo. «Mi viaje es una 'chance' de decirle a la gente ... que a Estados Unidos le importa mucho la situación de las personas», agregó.