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La secretaria de Estado norteamericana, Condoleezza Rice, reconoció ayer que la Administración del presidente estadounidense, George W. Bush, se equivocó al no enviar suficientes tropas a Irak como para acabar con la insurgencia tras el derrocamiento del antiguo presidente iraquí Sadam Husein.

Rice declaró que todavía hay que tener paciencia en cuanto a la estabilidad en Irak y consideró que la población de este país está realizando un importante progreso para llegar a un sistema democrático. Cuatro años después de que comenzara la guerra, con más de 3.200 bajas entre militares estadounidenses y más de 600.000 iraquíes muertos, según cifras dadas por la revista The Lancet, la secretaria de Estado defendió incondicionalmente el acierto de haber llevado la guerra a Irak.

«Creo que la mejor estrategia es tener suficientes tropas para limpiar el área y controlarla de manera que pueda emerger el Gobierno», afirmó Rice, «aunque probablemente eso no se realizó desde el principio», agregó.

Por su parte, el presidente Bush pidió ayer a los estadounidenses paciencia y tiempo para que la nueva estrategia diseñada para aumentar la seguridad de los ciudadanos iraquíes comience a dar sus frutos, ya que una salida precipitada del país árabe podría ser «satisfactoria a corto plazo» pero con consecuencias «devastadoras» para la seguridad de Estados Unidos.