Llegada de los soldados al aeropuerto de Heathrow, Londres, el jueves. Foto: A.PEARCE/EPA/CROWN

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EFE/EUROPA PRESS-LONDRES/MADRID
Los quince militares de la Armada británica detenidos por Irán denunciaron ayer que pasaron su cautiverio de trece días maniatados, con los ojos vendados, aislados y sometidos a una «constante presión psicológica».

Los soldados (ocho marinos y siete infantes de Marina) también afirmaron en una declaración conjunta que fueron amenazados por sus captores con «hasta siete años de cárcel» si no admitían haber invadido las aguas jurisdiccionales iraníes.

Los uniformados, que regresaron este jueves al Reino Unido, explicaron su versión de los hechos en una rueda de prensa en la base militar de Chivenor (suroeste de Inglaterra), en la que comparecieron siete de los marinos apresados por Irán.

Dos infantes de Marina, el teniente Felix Carman, de 26 años, y el capitán Chris Air, de 25 años, leyeron el comunicado conjunto, en el que subrayaron la postura británica de que el grupo efectuaba una «patrulla rutinaria» en aguas iraquíes del Golfo Pérsico bajo mandato de la ONU cuando fueron capturados el pasado 23 de marzo.

Air, por su parte, manifestó que la fuerza naval iraní se presentó fuertemente armada y con un «plan premeditado», toda vez que algunos marinos iraníes se mostraron «deliberadamente agresivos». El capitán subrayó que no opusieron resistencia porque combatir contra los iraníes «no era un opción».

Carman y Air describieron las condiciones de su cautiverio, que contrastan sobremanera con las imágenes de los marinos sonrientes emitidas por la televisión iraní y que, según los marinos, no fueron más que un «montaje mediático».

Además, el jefe de Estado Mayor de la Armada, almirante Jonathan Band, reveló que las inspecciones de barcos por parte de los buques de la Royal Navy que patrullan en el Golfo Pérsico se han suspendido hasta que se acabe una «revisión completa».