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EFE-BAGDAD
Al menos 47 personas fallecieron ayer y otras 150 resultaron heridas tras una gran explosión causada por un coche bomba en el centro de la ciudad iraquí de Kerbala, según informó ayer una fuente del Ministerio del Interior.

Inmediatamente después del atentado se desplazó al lugar un gran número de ambulancias y de efectivos policiales, que tuvieron que disparar al aire para dispersar a la multitud aún conmocionada. La gente comenzó a gritar consignas contra el Gobierno del primer ministro iraquí, el también chií Nuri Al Maliki, porque, según expresaron, no garantiza la mínima seguridad.

La explosión del vehículo, conducido por un terrorista suicida, tuvo lugar en un puesto de control policial a apenas 300 metros del Mausoleo del Imán al Abás, uno de los lugares más santos del chiísmo.

Esta zona, sometida a estrictas medidas de seguridad, estaba muy concurrida a la hora del atentado, porque los fieles se disponían a hacer el rezo de la tarde. Fuentes policiales aseguraron que el coche-bomba causó la muerte a numerosos miembros de las fuerzas de seguridad y también a muchos niños, mujeres y ancianos. Según el responsable del hospital público de Kerbala, un gran número de los heridos se encuentran graves, por lo que la cifra de muertos podría aumentar con el paso de las horas.

La ciudad de Kerbala está situada a 110 kilómetros al sur de Bagdad y es uno de los lugares más sagrados de los musulmanes chiíes (comunidad mayoritaria en Irak), ya que acoge los mausoleos de los imanes Abás y Husein, nietos del profeta Mahoma e hijos de su yerno Ali, una figura clave en la génesis del chiísmo.

El área cercana a estas mezquitas ha sido en anteriores ocasiones objeto de otros ataques suicidas que provocaron decenas de muertos.

El pasado 14 de abril, la ciudad de Kerbala sufrió otro sangriento atentado que se cobró 47 vidas.