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EFE-JERUSALÉN
La ministra israelí de Asuntos Exteriores, Tzipi Livni, se sumó ayer a quienes han pedido al primer ministro, Ehud Olmert, que dimita por el informe que le responsabiliza personalmente de los errores en la guerra del Líbano, y anunció que aspira a sucederle como jefe del partido Kadima. La manera en que actuaría Livni tras la publicación, el martes, del primer informe de la Comisión Winograd sobre la guerra, se esperaba con mucho interés en Israel, donde una de las salidas a la crisis que se barajan es que la ministra de Exteriores asuma la jefatura de Gobierno.

La ministra se manifestó también contra unas elecciones anticipadas en estos momentos porque «un cambio de Gobierno sería perjudicial» para la aplicación de las medidas correctoras que exige el informe. Si Olmert dimite y con él su gabinete, la presidenta del Parlamento (Kneset), Dalia Itzik, puede pedir a otro dirigente del partido Kadima, que podría ser Livni, que forme Gobierno; en cambio, si el primer ministro pierde la confianza del Parlamento, el proceso podría desembocar en unas elecciones, que según los sondeos, ganaría el partido derechista Likud.

Se esperaba es que Livni presentara la dimisión, pese a que el informe, que culpa globalmente al Gobierno, deja bastante bien parado al Ministerio de Exteriores por tratar de promover soluciones diplomáticas. La ministra, sin embargo, no ha dimitido, sino que, en una entrevista a solas con Olmert, le pidió que renuncie.

En una rueda de prensa tras esta reunión, Livni explicó respecto a su conversación con Olmert: «le expresé mi opinión de que dimitir sería por su parte la decisión correcta en estos momentos». Añadió, sin embargo, que no piensa «apoyar ninguna iniciativa para cesar al primer ministro» y que «así será hasta el informe final de la Comisión, porque la decisión (de dimitir) le corresponde exclusivamente a él».