TW
0

EFE-WASHINGTON
Paul Wolfowitz dejará la presidencia del Banco Mundial (BM) el próximo 30 de junio acosado por las críticas ante el trato de favor otorgado a su compañera sentimental, Shaha Alí Riza, una funcionaria del Banco. La controversia que provocó la caída del ex «número dos» del Pentágono comenzó a fraguarse tras su designación como presidente de la institución en el 2005. Wolfowitz pidió ser excluido durante la negociación de su contrato de todas las «acciones personales» -que implican ascensos y subidas de sueldos entre otras medidas- pero no del contacto profesional con Riza.

El anuncio de su dmisión ha dado paso a una fiebre de «apuestas» sobre su sucesor -ya se postula la figura de Tony Blair- y a un acalorado debate sobre si el sustituto debería de ser de EEUU.

Washington ha sido el encargado de seleccionar a los diez presidentes del BM desde el nacimiento de la institución hace algo más de seis décadas, en un pacto de caballeros que deja la dirección del Fondo Monetario Internacional (FMI) en manos europeas.

Pero un número creciente de expertos y organizaciones no gubernamentales considera necesario revisar ese acuerdo tácito. «Es un procedimiento obsoleto que refleja la visión del mundo imperante tras el final de la II Guerra Mundial», cuando se crearon el BM y el FMI, explicó a Efe Colin Bradford, analista del centro de estudios «Brookings Institution» y asesor en temas de desarrollo durante la presidencia de Clinton.