El Gobierno colombiano comenzó el viernes la operación para excarcelar a cerca de 250 guerrilleros como parte de una estrategia con la que pretende que las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) liberen a unos 60 rehenes retenidos por la guerrilla, en un movimiento en el que el recién elegido presidente francés, Nicolas Sarkozy, podría haber jugado un importante papel al pedir la liberación del 'canciller' de las FARC, Rodrigo Granda, en un «gesto» de Bogotá para lograr el respaldo del G-8.
La decisión oficial despertó las esperanzas sobre la posible liberación de las personalidades retenidas por las FARC desde hace años, entre ellas la ex candidata presidencial Ingrid Betancourt, de ciudadanía colombiana y francesa.
Por su parte, las FARC han rechazado el gesto del Gobierno e insisten en negociar un intercambio humanitario en una zona desmilitarizada, a unos 800 kilómetros en el suroeste del país, por lo que no hay garantía alguna de que responderán de la manera prevista por las autoridades.
Según el anuncio del Gobierno, los guerrilleros empezaron a ser trasladados a la cárcel de Normandía, desde otras 50 prisiones de todo el país.
En esa instalación, ubicada en Chiquinquirá, a unos 120 kilómetros al norte de Bogotá, permanecerán los presos mientras las autoridades les explican las condiciones para su liberación, informó en un comunicado de prensa la oficina del Alto Comisionado para la Paz.
Rodrigo Granda, el llamado canciller de las FARC, aseguró a través de su abogado Miguel González que «no se va a reinsertar». El jurista precisó que el guerrillero recibió una comunicación en la cual le informa de su excarcelación como un gesto unilateral del Gobierno.
En este sentido, González señaló que su cliente está consultando varias instancias para tomar una determinación. Explicó que Granda está preso por los delitos de rebelión agravada y entrenamiento en actividades ilícitas, delitos que no son susceptibles de indulto o amnistía.
Sin embargo, Granda podría ser puesto en libertad para que sirva como portavoz de la organización en un eventual acuerdo humanitario que permita la liberación los secuestrados en manos de las FARC.
El ministro Holguín dijo en una entrevista con radio RCN que esa excarcelación será un «gesto de claro contenido humanitario» para lograr «desempantanar y descongelar la situación lamentable a la que están sometidas las personas secuestradas» por la guerrilla de las FARC.
Las exigencias para los guerrilleros son que «se desmovilicen, que se comprometan a no regresar a la delincuencia (...), que trabajen por la paz y que estén bajo la vigilancia o tutoría de un Gobierno extranjero o de la Iglesia católica», según estableció Uribe.
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