TW
0
EFE-LONDRES Un argelino que pasa cada día 22 horas en una celda de aislamiento en Guantánamo prefiere continuar en ese centro de detención que ser devuelto a su país, donde teme que pueda ser torturado o asesinado, reveló ayer el diario británico «The Times». Ahmed Belbacha, de 38 años, y que vivió en el Reino Unido durante tres, ha presentado una moción de emergencia en el Tribunal de Apelaciones de EEUU para impedir su puesta en libertad que, según sus abogados, podría ser inminente.

«Ahmed está preso en el 'Campo 6', la zona más dura de Guantánamo. Su celda es de acero, no hay ventanas, no está autorizado a comunicarse con otros prisioneros y sólo puede hacer dos horas de ejercicio al día en una 'jaula' de metal», explicó su abogado, Zachary Katznelson. «Dice que su celda en Guantánamo es como una tumba y que, aunque suena disparatado, prefería permanecer en esas condiciones que regresar a Argelia. El hecho es que está realmente asustado sobre lo que podría ocurrirle en Argelia», añadió Katznelson, asesor legal de la organización británica de derechos humanos Reprieve.

Guerra civil
Belbacha, que trabajaba como contable en la compañía estatal argelina Sonatrach, huyó de su país en 1999, en plena guerra civil entre el Grupo Islámico Armado (GIA) y el Gobierno argelino, tras lo cual se instaló primero a Francia y luego en el Reino Unido, donde pidió asilo político y trabajó como limpiador. Belbacha ha explicado que, e0n julio de 2001, fue convencido por sus amigos para ir a Pakistán a cursar estudios religiosos y, una vez allí, cruzó la frontera con Afganistán.