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EFE-WASHINGTON El ex juez federal estadounidense Michael Mukasey fue designado ayer oficialmente candidato a secretario de Justicia de EEUU, en sustitución del recientemente dimitido y polémico Alberto Gonzales. Este nombramiento supone un intento por parte del presidente George W. Bush de nombrar a un hombre que concitará el consenso de la Cámara Alta en momentos en los que ni quiere ni necesita más altibajos políticos en su Administración.

Nada más conocerse la designación de Mukasey tanto demócratas como republicanos alabaron su figura. «Me alegro de que el presidente Bush haya escuchado al Congreso y haya decidido abandonar su idea de sustituir a Gonzales con un hombre partidista de dentro de la Administración. El juez Mukasey tiene credenciales profesionales firmes y fama de independiente», dijo el líder de la mayoría demócrata del Senado, Harry Reid.

Reid se refería así a los crecientes rumores de que en vez de Mukasey el candidato iba a ser el ex procurador general Ted Olson. En su anuncio, realizado desde los jardines de la Casa Blanca, Bush aseguró que Mukasey tiene un papel «muy importante que desempeñar en tiempos de guerra» y agregó que tiene «unas credenciales impresionantes». Mukasey, de 66 años, asume su nuevo cargo en un momento en el que el Departamento de Justicia no goza de la mejor imagen, después de los escándalos bajo la dirección de su predecesor que incluyeron, entre otros, las escuchas telefónicas a ciudadanos sin el debido permiso judicial y el despido de ocho fiscales federales en 2006.

En su declaración pública, Bush aseguró que Mukasey, que aún debe ser confirmado en el cargo por el Senado, «tiene experiencia en casos de terrorismo» y «tiene una visión clara de las amenazas a las que se enfrenta nuestra nación». A su vez, indicó que su candidato «sabe lo que cuesta luchar de forma efectiva (contra el terrorismo)», en referencia a la experiencia del ex juez como experto en estas cuestiones durante más de una década en el Tribunal de distrito sur de Nueva York.