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EFE-WASHINGTON El presidente de EEUU, George W. Bush, vetó ayer un proyecto de ley dirigido a ampliar la cobertura de salud de los niños más desfavorecidos, pese a las advertencias del coste político que podría pagar su partido en las elecciones de 2008.

El veto, el cuarto de su Presidencia, se produjo sin mucha publicidad, tal como ya había adelantado el martes la Casa Blanca, que desea evitar en lo posible que el Partido Demócrata, impulsor de la ley, saque ventaja política de este desacuerdo.

No obstante, el proyecto de ley que ha sido vetado cuenta también con un amplio respaldo entre los senadores y congresistas republicanos, lo que ha dejado a Bush en una cierta situación de aislamiento, a falta de algo más de un año para las elecciones presidenciales. En líneas generales, la ley busca favorecer a los niños de familias humildes que no se pueden permitir la contratación de un seguro médico privado, pero que no son tan pobres como para formar parte del programa público Medicaid.

Esta medida supondría ampliar el coste del programa sanitario infantil que existe ya actualmente de 5.000 a 7.000 millones de dólares anuales, por un periodo de cinco años.