El comisario jefe de Scotland Yard, Ian Blair (derecha), señaló que no dimitirá tras ser declarado culpable ese cuerpo de policía por incumplir la ley británica de riesgo laboral en relación con la muerte por error del brasileño Jean Charles de Menezes, en Londres, Reino Unido, el 1 de noviembre de 2007. Foto: DYLAN MARTINEZ/REUTERS

TW
0
OTR/PRESS-LONDRES Scotland Yard violó las leyes de seguridad y salud públicas y puso innecesariamente en peligro a la población al disparar contra el brasileño Jean Charles de Menezes, de 27 años de edad, tras confundirle con un presunto terrorista, según dictaminó ayer un jurado, que condenó a Scotland Yard al pago de una multa de 175.000 libras (250.000 euros), además de las 385.000 libras (552.000 euros) que servirán para afrontar los costes del proceso. La Policía Metropolitana ya ha anunciado que recurrirá la sentencia y el comisario jefe del Cuerpo, Ian Blair, adelantó que no presentará su dimisión.

Según el jurado de Old Bailey -el Tribunal Criminal de Londres- el jefe de la Policía, Cressida Dick, que dirigió la operación el 22 de julio de 2005, no tiene «una culpabilidad personal» en lo ocurrido, en la misma línea marcada por la Fiscalía antes del comienzo del juicio cuando decidió exonerar a los dos agentes que dispararon ocho veces al electricista brasileño. No obstante, se determinó que Scotland Yard debía ser juzgado por no proteger a la población de los riesgos que planteaba el terrorista suicida fugado con el que se confundió a Menezes.

«Una persona murió y muchas otras fueron puestas potencialmente en peligro», señaló el juez Richard Henriques tras escuchar el veredicto del jurado del 'caso Menezes'.

El magistrado dijo ser consciente de que la persecución del terrorista con el que se confundió al electricista brasileño fue «una única y dificultosa operación» y que la muerte de Menezes fue una «brecha aislada» dentro de unas «circunstancias muy extraordinarias», como era el estado de alerta nacional en el que estaba sumergido Reino Unido dos semanas después de los atentados del 7-J y un día más tarde de los fallidos del 21-J.