George W. Bush, durante una rueda de prensa en la habitación Brady de la Casa Blanca. Foto: STEFEN ZAKLIN

TW
0

EUROPA PRESS- WASHINGTON

El presidente de Estados Unidos, George W. Bush, afirmó que la comunidad internacional debe seguir presionando y vigilando a Irán sobre su programa nuclear, a pesar de un reciente informe estadounidense según el cual Teherán cesó sus actividades atómicas. Los servicios de inteligencia estadounidenses informaron ayer de que, según un estudio denominado Valoración de la Inteligencia Nacional sobre Irán, este país suspendió su programa de desarrollo de armas nucleares en el otoño de 2003 como consecuencia de la presión internacional, pero continúa enriqueciendo uranio, lo que implica que aún es capaz de construir un arma atómica entre 2010 y 2015.

Este descubrimiento muestra un cambio en comparación con las conclusiones de hace dos años, cuando Estados Unidos pensaba que Teherán estaba decidido a desarrollar su capacidad nuclear y que continuaba su programa de fabricación de armas. Esta información, según un miembro de los servicios de inteligencia, sugiere que a Irán le influye la presión diplomática.

Confianza

Sin embargo, Bush no quiso confiarse demasiado y dijo en rueda de prensa que este estudio supone «una señal de advertencia de que ellos (los iraníes) tenían ese programa y de que cesaron ese programa». «Es una señal de advertencia porque podrían reanudar ese programa», advirtió el mandatario.

Para Bush, estas conclusiones ofrecen una oportunidad a Washington para conseguir el apoyo de la comunidad internacional y presionar a Teherán para que ponga fin a su programa.

Para crear un arma nuclear, Irán necesita un diseño de cabeza nuclear, una determinada cantidad de material de fisión y un vehículo de transporte -por ejemplo, un misil-. Las agencias de inteligencia creen que Teherán paralizó el trabajo de diseño hace cuatro años y a mediados de 2007 aún no lo había reanudado. No obstante, continúa enriqueciendo uranio para sus reactores nucleares de carácter civil, lo cual deja abierta la posibilidad de que el material de fisión se use en instalaciones nucleares ocultas para producir suficiente uranio enriquecido como para fabricar una bomba, según explica el estudio.